Claudio Pérez
Santiago
Claudio Pérez Herrera, músico y productor, nace en Santiago de Chile.
Sus primeros proyectos musicales se remontan a su paso por la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, donde formó la banda punk/funk Ego a Gogo.
Sin embargo, su primer registro fue el álbum Recordable, auto producido, creado y grabado en un portaestudio de 4 pistas, bajo el seudónimo de Quadrofénicos, con influencia directa de bandas como Radiohead, Eels y The Auteurs. De este trabajo, que derivó en la banda del mismo nombre, se extrajeron tres canciones para el disco compilatorio “Sesiones de Perdidos en el Espacio”, del programa radial homónimo, puntal de la música independiente nacional.
Hacia el año 2001 forma junto a Luis Corominas la banda de electro pop MarinaClub, con la que publica el disco “PopLovers” (2003), al alero de los sellos BigSur y Sony Music.
De este disco se desprendieron canciones incluidas en la película Los Debutantes y en las populares teleseries Machos y 16, además de conseguir amplia rotación en radios y MTV.
Tras la disolución de la banda, Pérez fundó FontanaBeat, siguiendo la línea electro pop, pero incorporando referencias a la música negra.
En el mismo período comienza a musicalizar piezas audiovisuales para cine y televisión.
El año 2011, publica el ep “Recreo”, oficialmente su primer trabajo solista, grabado y producido por el mismo Pérez en su factoría musical, FontanaMusic.
La placa, contó con la colaboración de diversos músicos, desde el ex Miss Garrison, Matías López, hasta el trompetista de culto Fernando Villablanca.
Si bien Recreo no fue un disco con ambiciones comerciales, su repercusión generó de forma espontánea una banda de apoyo para mostrar en vivo el material. De esta agrupación nace RioGalgo, proyecto por el cual pasaron distintos músicos, todos asiduos participes del estudio FontanaMusic, y que dejaron como testimonio un ep de 3 canciones, llamado Viajero.
En la misma época, Claudio suma a su trabajo como compositor para piezas audiovisuales, la grabación y producción de bandas y solistas independientes.
A fines del año 2015, Claudio Pérez comenzó una dinámica compositiva que terminaría transformándose en su primer álbum. Tras la disolución de su antigua banda, como rutina de trabajo se autoimpuso crear una canción al día. Al cabo de unos meses recopiló más de 20 bocetos, de los cuales 10 fueron elegidos para el proceso de pre producción.
Otra importante regla adoptada en la producción, fue la inspiración bailable de las canciones, eligiendo el famoso patrón de bombo Four on the Floor (un golpe de bombo por cada negra del compás de 4/4), como base rítmica para todo el disco. Con esto, saldaba una vieja deuda estilística, homenajeando desde la música disco hasta el house; siempre desde la desprejuiciada libertad de acción que permite el pop.
Y por último, estableció un tercer pilar en el proceso: la temática de las canciones. Estás debían alejarse de la introspección poético existencialista que había caracterizado su lírica, para pasar a describir concretamente un momento histórico convulsionado, donde los grandes dogmas culturales de Occidente buscan imponerse desesperadamente sobre nuevas opciones de convivencia social, evidenciando su desgaste y anacronismo.
Todos estos elementos, más el significativo aporte de la española Almudena Marín en la creación de coros y armonías; de Diego Solís, en las líneas de guitarra más negras, y de la baterista Coté Escobar, a cargo de dar dinamismo rítmico con cortes cadenciosos y jugetones en el hi hat, definieron canciones que aúnan electro pop, disco y funk por partes iguales.
A cargo de la mezcla final estuvo Daniel Lizana, músico, productor y académico de larga experiencia, antiguo colaborador de Pérez y su socio en el sello FontanaMusic Label.
El disco fue grabado y producido íntegramente en el estudio y factoría musical FontanaMusic.
Claudio Pérez Herrera’s tracks
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